Con el tiempo, mi trabajo definitivamente será más apreciado.
El entrenador del FC Barcelona quedó bajo la «lupa».
«Traté de controlar mis emociones. Es difícil cuando sabes que es el último partido y no puedes continuar, pero lo preparamos como el primer partido. Merecimos ganar y el objetivo era terminar con buenas sensaciones. Feliz, por un lado hice un buen trabajo, pero hay decisiones que no controlas», afirmó en rueda de prensa en el Ramón Sánchez Pizjuán.
El técnico azulgrana puso fin a su etapa de más de dos años en el banquillo culé después de que el club anunciara este viernes su decisión de despedirle. «Fue duro, una montaña rusa, pero estoy orgulloso, feliz, pero es una pena no terminar mi contrato», afirmó, satisfecho con el trabajo y el cariño de los jugadores.
«El cariño de todo el vestuario es mi legado como entrenador. Les ayudé a ser mejores futbolistas, haberles dado confianza es un éxito. Ganamos dos títulos, este año no ganamos en momentos clave. El Barça está en una situación difícil y creo que la gente está contenta con el trabajo», afirmó.
«La afición tiene que entenderlo. Es una situación complicada desde el punto de vista económico. Me voy querido, con una estima tremenda por parte de la afición, me llena de orgullo, la gente valoró el trabajo y seguramente con el tiempo se valorarán más. Hemos hecho un muy buen trabajo. Me perdí los títulos durante cinco partidos que no pude terminar. Agradecemos a los jugadores por su compromiso», añadió.
Xavi, por su parte, advirtió a su sucesor de que era «un lugar complicado» y señaló que formar parte del mejor Barça de la historia del club le había jugado en algunos aspectos en contra. «Sería un honor más volver al club de mi vida, pero no sé qué pasará. Me miraron con lupa, se crearon expectativas de formar parte del mejor Barça de la historia», concluyó, demostrando que necesita un «descanso» antes de volver a entrenar.
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