¿Cómo tratar un desgarro de menisco, la lesión deportiva más común?

¿Cómo tratar un desgarro de menisco, la lesión deportiva más común?

Los desgarros de menisco son las lesiones deportivas más comunes. Suelen producirse por la práctica deportiva en jóvenes, mientras que en adultos suelen deberse a microtraumatismos repetidos por un apoyo forzado, un giro mal realizado, por una actividad o apoyo que no asociamos a un impacto o traumatismo severo. Se pueden tratar con infiltraciones de ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas, suero autólogo condicionado, un protocolo de rehabilitación y, en la mayoría de los casos, en un porcentaje muy elevado, no requerirán intervenciones quirúrgicas.

El menisco es una estructura fibrocartilaginosa situada entre el fémur y la tibia, dentro de la articulación de la rodilla, con forma de media luna, cuya función principal es aumentar la profundidad de la superficie relativamente plana de la parte superior de la tibia y la congruencia entre el fémur. y espinillas.

Carecen de vasos y nervios excepto en la zona periférica. Esto quiere decir que su capacidad de cicatrización se limita a esta zona y que las lesiones de los 2/3 internos no duelen por sí solas, sino por la irritación que provocan en la rodilla al desgarrarse, ya que se altera su biomecánica normal.

Las lesiones deportivas de rodilla se producen con mayor frecuencia en deportes de contacto como el fútbol, ​​el baloncesto o el rugby. Sólo en el fútbol, ​​equivalen aproximadamente al 8% de todas las lesiones en una temporada.

El doctor Manuel Villanueva, director médico de Avanfi, recuerda que «las lesiones provocadas por roturas traumáticas de menisco, que se producen en pacientes más jóvenes (de 15 a 35 años), suelen estar provocadas por accidentes deportivos intensos o por traumatismos».

Normalmente producen una limitación importante en su desempeño normal en la vida o en la actividad deportiva y son lesiones que suelen requerir una artroscopia para reparar la articulación y que el paciente pueda continuar físicamente activo.

El otro gran grupo son las lesiones producidas por desgarros degenerativos de menisco, que son las que se dan en pacientes mayores de entre 45 y 65 años y que en ocasiones se producen por desgaste o preartrosis de la articulación. “En ellos, el menisco tiene menos elasticidad y se desgarra durante las actividades de la vida normal; no por lesiones deportivas», insiste el traumatólogo especializado en medicina deportiva y prótesis de cadera y rodilla.

La mayoría de estos desgarros degenerativos de menisco se pueden tratar de forma conservadora sin cirugía. Pero en general, los desgarros traumáticos de menisco debidos a la práctica de deportes en pacientes jóvenes; cuando den impotencia clínica o funcional; Requerirán cirugía artroscópica y normalmente tendrán una recuperación muy rápida.

«Cuando el menisco es joven, es elástico y es una estructura que, cuando se desgarra, provoca síntomas como dolor, pellizcos, fallo, bloqueo o pseudobloqueo de la rodilla, golpes, impotencia (especialmente cuando se practica deporte) en niños jóvenes. gente. pacientes (20, 25, 30 o 35 años) La recuperación es un poco más lenta en aquellos casos en los que es necesario retomar o reinsertar el menisco e intentar conservarlo”, documenta Álvaro Iborra, fisioterapeuta y codirector de Avanfi.

La curación será más lenta aquí, pero valdrá la pena por el beneficio a largo plazo de preservar esa articulación y ralentizar la progresión de la osteoartritis en los pacientes.

Las lesiones degenerativas del menisco son aquellas que aparecen en pacientes de edad media: a partir de los 45 años. En estos casos, el menisco ya no tiene la misma elasticidad que cuando tenía 20 o 30.

«Estas lesiones son causadas por microtraumatismos repetidos, apoyo forzado, un giro mal realizado, una actividad o apoyo que no asociamos con alto impacto o trauma. Aparecen porque el menisco ha perdido esa elasticidad que teníamos en las etapas más jóvenes de nuestra vida. explica el doctor Villanueva.

Suelen tener un período de inflamación y dolor agudo que dura varios meses y luego tiende a estabilizarse.

Estas lesiones se pueden gestionar con infiltraciones de ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas, suero autólogo condicionado, un protocolo de rehabilitación y, en la mayoría de los casos, en un porcentaje muy elevado, no necesitarán intervención quirúrgica. Muchas veces esto no está indicado porque como el menisco ha perdido elasticidad y está más frágil, más quebradizo, al cabo de unos meses se volverá a romper en otro lugar.

“Por eso tenemos que ser muy selectivos en el desgarro de menisco degenerativo y no siempre pasar directamente a hacer una artroscopia; sino intentar ofrecer primero a nuestros pacientes un tratamiento conservador que, en la mayoría de los casos, tendrá éxito», concluye.

FUENTE

nuevaprensa.info

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *