Cómo disminuir la mucosidad en las vías respiratorias

La Sociedad Española de Recuperación y Medicina Física (SERMEF) ofrece una serie de consejos para reducir el exceso de mucosidad a través de la especialista en Rehabilitación Respiratoria Dra. Ester Marco. Ella destaca los beneficios de la respiración diafragmática para ayudar a eliminar la mucosidad y aliviar las molestias.
Para realizar este ejercicio, se debe colocar una mano sobre el abdomen y la otra sobre el pecho, inhalar profundamente por la nariz y exhalar por la boca. Esta técnica ayuda a relajar los músculos respiratorios y movilizar la mucosidad para una mejor ventilación de las vías respiratorias.
La especialista también recomienda inhalar profundamente y retener levemente el aire para liberar la mucosidad mediante una tos controlada. Este ejercicio es útil para despejar las vías respiratorias de forma segura y controlada en personas con exceso de mucosidad.
Exhalar lentamente con los labios fruncidos mantiene las vías respiratorias abiertas, facilitando una respiración profunda y reduciendo la opresión en el pecho. Esta técnica es especialmente beneficiosa para quienes tienen dificultad para respirar debido a la obstrucción de las vías respiratorias.
Además, adoptar diferentes posiciones mientras se respira profundamente estimula que la mucosidad se mueva hacia las vías respiratorias superiores. El drenaje postural es eficaz para la movilización de la mucosidad en casos de congestión bronquial.
La exposición al vapor, ya sea en una ducha caliente o inhalando sobre un recipiente con agua caliente, es una técnica sencilla para aflojar la mucosidad y aliviar la congestión. La inhalación de vapor reduce la densidad de la mucosidad y facilita su eliminación.
SERMEF también enfatiza la importancia de mantener una adecuada higiene de manos, beber agua con regularidad, evitar irritantes como el humo y el polvo, realizar lavados nasales, mantener la humedad en las habitaciones y hacer ejercicio para mejorar la función respiratoria y la capacidad de eliminar la mucosidad.
Con la llegada del frío y la caída de las temperaturas, se incrementa la incidencia de resfriados y gripes debido a la propagación de virus respiratorios. La congestión nasal y la acumulación de mucosidad se convierten en síntomas molestos para muchos adultos en este contexto de baja humedad y defensas inmunitarias disminuidas.
En muchos casos, el exceso de moco se produce como respuesta del cuerpo a irritantes como el polvo, el humo o las infecciones virales. Aunque el moco es una barrera defensiva, en exceso puede dificultar la respiración y favorecer la congestión.
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