Cáritas Diocesana Mérida-Badajoz ha logrado hasta el momento enviar 570.000 euros para ayudar a las familias afectadas por la reciente DANA en España.
Se trata de una cantidad de donaciones recibidas de particulares y empresas, destinadas a cubrir las necesidades más urgentes y acompañar a las personas en el proceso de recuperación.
Esta cifra refleja la «extraordinaria respuesta» de la sociedad, que ha mostrado su solidaridad y generosidad en momentos de adversidad, dando una «nota de esperanza en medio del sufrimiento», señala Cáritas de Mérida-Badajoz en una nota de prensa.
Desde el principio, la confederación Cáritas puso en marcha un plan de emergencia. En primer lugar, se activó la fase de impacto y rescate, donde se intentó satisfacer las necesidades más básicas y urgentes (alimentación, vestimenta, higiene, apoyo económico para gastos inmediatos) de las personas afectadas.
Además, se realizaron los primeros contactos con los voluntarios que se encuentran en las localidades afectadas para conocer su situación y poder apoyar cualquier iniciativa o solicitud de los equipos.
Actualmente se encuentra en la segunda fase, centrada en apoyar y asesorar a las familias afectadas, así como en proporcionar los elementos necesarios para facilitar su recuperación. El objetivo principal es restablecer, a medio y largo plazo, los medios de vida de las personas afectadas, prestando especial atención a aquellos en situaciones más vulnerables.
De esta manera, la intervención de Cáritas en el terreno se enfoca en particular en dos grupos de población especialmente vulnerables. Por un lado, los niños que vieron interrumpidos sus espacios habituales, tanto formales como informales (escuelas, institutos, parques, lugares de ocio, espacios deportivos), enfrentando además el impacto emocional y psicológico que esta situación generó en sus vidas.
Por otro lado, las personas mayores, que han experimentado situaciones de soledad y pérdida, tanto material como emocional, y que necesitan cuidados y atención «especiales» para enfrentar su realidad.
En la tercera fase de la emergencia, orientada a la rehabilitación y reconstrucción, la ayuda directa a las familias se complementará con un apoyo más amplio y proyectos de atención integral a personas y grupos. Estos esfuerzos no solo abarcarán a quienes ya han sido asistidos antes del 29 de octubre, sino también a todas aquellas personas afectadas que necesitan apoyo económico y emocional para «reconstruir sus vidas».
