El Ayuntamiento de Barcelona aprobó en el pleno de este viernes la retirada del nuevo protocolo de Alojamiento Temporal de Emergencia (ATU), que fija seis meses como estancia máxima en este tipo de alojamiento.
La propuesta, presentada por los Comunes y que también incluye la apertura de un proceso de diálogo y trabajo con los profesionales de los Centros de Servicios Sociales, contó con los votos a favor del BComú, Junts y ERC, la abstención del PP y los votos en contra. . Administración municipal (PSC) y Vox.
La concejal del BComú, Carol Recio, destacó que el nuevo protocolo «abre el riesgo de reevacuación de personas que ya han sido desalojadas de sus viviendas» y genera angustia, malestar y carga de trabajo a los trabajadores sociales, afirmó.
También ha reprochado al Gobierno de Jaume Collboni que el ayuntamiento no tenga claras las alternativas transcurridos seis meses, ni cuáles son sus políticas públicas de alquiler de vivienda.
La vicealcaldesa de Derechos Sociales, María Eugènia Gay, anunció que el gobierno municipal presentará una propuesta para mejorar el protocolo, diseñada por el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMSS).
Se comprometió a «ampliar la participación y generar el máximo consenso», creando una comisión de seguimiento con los grupos municipales y otra con los representantes de los trabajadores, y sostuvo que el semestre tiene como objetivo incrementar las ayudas económicas antes de que prescriban en el ATU para aumentar la autonomía.
También afirmó que «en aras de la coherencia» el Estado debe ceder a la remisión a otro tipo de alojamiento temporal o a una solución autónoma con apoyo social y ayuda financiera e insistió, textualmente, en que en ningún caso dejará de atender las necesidades de las personas.
La portavoz de Junts en Barcelona, Neus Munté, criticó el protocolo por no llegar a tiempo y no hubo diálogo con los trabajadores ni con los grupos municipales y lamentó que el semestre «acabe siendo una especie de espada terrible». . Damocles sobre estas personas y profesionales vulnerables.
Para la concejal de ERC, Eva Baró, la solución al problema de la vivienda en Barcelona «no pasa por impulsar un nuevo protocolo de esta importancia sin un mínimo consenso por parte de los actores implicados».
El concejal del Pueblo, Víctor Martí, señaló que en seis meses «es muy difícil que una familia vulnerable» salga de la situación en la que se encuentra e instó a la colaboración público-privada como parte de la solución.
Por su parte, el concejal de Vox, Liberto Senderos, afirmó que «no es posible ampliar los recursos, que son limitados, destinados a paliar una situación de emergencia, ya que también hay otras personas que necesitan estos recursos».
Este jueves, sindicatos de la vivienda de Barcelona y otros colectivos sociales ocuparon el interior del IMSS del Ayuntamiento de Barcelona, para protestar contra el protocolo.
En declaraciones a los periodistas, la miembro del Sindicat d’Habitatge de Gràcia, Judit Esposa, ha reprochado al consistorio no especificar «qué pasará después de estos seis meses» y ha defendido que muchas familias están siendo excluidas de un mercado privado racista y aporófobo. .