Alcohólicos Anónimos denuncia la proliferación de nuevas terapias centradas en un modelo de negocio
La comunidad de Alcohólicos Anónimos ha denunciado que en los últimos tiempos ha habido una tendencia a convertir los servicios psicológicos y de tratamiento de adicciones en un «nuevo modelo de negocio, con una clientela que sigue creciendo», generando una nueva tipología de profesionales, terapias y tratamientos que no siempre abordan los problemas de quienes necesitan ayuda.
En este sentido, la comunidad asegura que se ha incrementado la tendencia a crear metodologías que buscan tratar a diferentes tipos de adicciones sin tener en cuenta sus diferencias (alcoholismo, drogas, sexo, juego) y a simplificar los requisitos para el acceso de nuevos profesionales, figuras que son «inadecuadas por su mala formación».
En su 89 aniversario, la comunidad ha destacado que el alcoholismo está actualmente expuesto a múltiples ofertas de servicios que parecen preocuparse más por la rentabilidad del negocio terapéutico que por la recuperación real de los pacientes.
Alcohólicos Anónimos denuncia que incluso los programas de 12 pasos inspirados en los suyos se llevan a cabo de manera que prevalece una ortodoxia rígida que no permite la experiencia humana que propusieron sus fundadores, Bill W. y el Dr. Bob.
Por todo ello, Alcohólicos Anónimos afirma que se mantienen fieles a sus principios y servicio libre y desinteresado, con una exitosa experiencia histórica como referente y un mensaje actual para el alcohólico que sufre.
Durante la celebración del aniversario en Madrid, el jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Doce de Octubre, Gabriel Rubio, explicó que la espiritualidad forma parte de los grupos de Alcohólicos Anónimos, distinguiéndola de la religiosidad.
Rubio enfatizó que cuanto mayor es la espiritualidad, mayor es el índice de sobriedad, ya que sirve como marco de referencia para que los valores se conviertan en conductas prosociales.
Este tipo de conducta prosocial está ligada a la gratitud, ya que se agradece por estar sobrio y conocerse a uno mismo, experimentando la liberación de llevar a cabo actividades sobrias.
El experto precisó que dentro de la comunidad hay personas con creencias religiosas, agnósticas y ateas, pero el programa atiende independientemente de sus creencias.
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