Kaplan, portavoz del Ejército israelí, no descarta la invasión tras muerte de Nasrallah
El sábado, tanto Israel como Hezbollah confirmaron la muerte de Hassan Nasrallah en el ataque del viernes del ejército israelí al Líbano.
Apenas unas horas después de que tanto Israel como Hezbollah confirmaran la muerte de Hassan Nasrallah, el líder del grupo militante islámico; el portavoz del Ejército israelí, Roni Kaplan, respondió rápidamente a ‘Euronews’ desde Tel Aviv en un día ajetreado y «muy importante» para él.
«Hace unos días, el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu ya ha advertido que atacarán el Líbano ‘con toda su fuerza’. Lo hicieron. También prometió que no parará ‘hasta conseguir su objetivo’. Aunque ellos también lo hicieron La misión no termina con la muerte de Nasrallah, porque ‘nuestro objetivo final’, dice Kaplan, ‘es que la población civil de Israel ya no sea refugiada en su propio país’.»
«Estamos hablando más precisamente de 60.000 personas que tuvieron que abandonar sus hogares cuando Hezbolá se unió a Hamás en la lucha contra Israel a partir del 7 de octubre”, añade.
La pregunta es cuándo pondrá fin Israel a sus operaciones en el Líbano, algo que Ronnie Kaplan lo sabe con seguridad: “Cuando Hezbollah deje de violar flagrantemente sus resoluciones Naciones Unidas». Mientras tanto, la capacidad de realizar una invasión terrestre «Aún está sobre la mesa».
«Si Hezbollah no se desplaza hacia el norte para volver a la normalidad, continuaremos gradualmente y con creciente intensidad. Atacar al grupo terrorista y a sus líderes. Hasta que la población pueda estar segura. No se excluye una invasión terrestre del Líbano pero tampoco está confirmado», afirma.
El alto dirigente de Hamás ha reforzado su seguridad ante estos acontecimientos. Es el otro objetivo del ejército israelí. «Aún no he llegado allí. Llegué a otros líderes, pero no llegué al líder supremo, pero tarde o temprano lo haremos».
Todo esto hace temer que el alto el fuego propuesto por Estados Unidos y Francia, rechazado en un momento y posteriormente estudiado por el gobierno israelí, pueda ser rechazado. Más lejos que nunca. Por ahora no se conseguirá porque el Ejército «no ha recibido ninguna dirección del Gobierno, así que vamos hacia delante».
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