Recepción sobria y seria al Papa Francisco en Bélgica

Recepción sobria y seria al Papa Francisco en Bélgica

El primer ministro belga criticó el legado de encubrimiento de escándalos de abuso sexual que han afectado a la Iglesia católica belga en las últimas décadas.

El Papa Francisco viajó a Bélgica en una pequeña gira para intentar entusiasmar a los fieles en un país con una fe católica en decadencia, pero en su acogida tuvo que afrontar opiniones del primer ministro, Alejandro De Croo, quien reprochó a la institución la falta de dureza hacia los clérigos empleados en casos de abuso sexual.

Durante una audiencia de bienvenida, De Croo criticó la actitud de la Iglesia católica en «ignorar las heridas dolorosas que existen en la comunidad», refiriéndose a «la cantidad de casos de violencia sexual y adopciones forzadas que tienen confianza seriamente dañada».

«Cuando algo sale mal, no podemos aceptar que el problema esté oculto», insistió. Hoy, las palabras ya no son suficientes. Se necesitan medidas concretas. Las víctimas deben estar en el centro del diálogo. Tienen derecho a la verdad. Las atrocidades deben ser conocidas. La dignidad humana debe prevalecer sobre los intereses de la institución», argumentó, antes de concluir que «para mirar de nuevo al futuro, la Iglesia debe aceptar su pasado».

El discurso del primer ministro fue uno de los muchos directos y contundentes que se han hablado durante una visita papal, alejándose del protocolo normalmente diplomático para evitar ataques directos a la Iglesia o referencias que puedan provocar controversia.

El rey Felipe de Bélgica también asistió a la visita, que tuvo lugar en el Palacio de Laeken, en Bruselas, y elogió la «intransigencia» del Papa que actuó ante «esta violencia abominable», instando a levantar el secreto pontificio y obligar a religiosos y laicos a denunciar cualquier caso a sus autoridades jerárquicas.

Se espera que el Papa Francisco reciba a 15 víctimas, hombres y mujeres, al final de la jornada en la Nunciatura, la embajada de la Santa Sede. El tema reapareció en Bélgica en el otoño de 2023 con la emisión de un documental en el que las víctimas revelaron sus historias, algunas de ellas enterradas durante décadas. Muchos lamentaron la costumbre de la Iglesia de proteger a los agresores y el hecho de que nunca habían podido obtener justicia.

En una carta abierta publicada a principios de septiembre por el periódico «Le Soir», algunas de las víctimas pidieron a Francisco que hable con fuerza, pidiéndole que establezca un proceso de reparación económica, llevar a cabo una «profunda reflexión» sobre el celibato de los sacerdotes y «fortalecer la obra de liberación de la verdad». Todos esperan que la estancia del Papa en Bélgica pase a la historia como un momento decisivo en el que el primer católico se dirige a todas las víctimas en todos los países del mundo.

De Irlanda a Alemania, pasando por Estados Unidos, la proliferación de escándalos sexuales en la iglesia ha sido uno de los desafíos más dolorosos para el Papa Francisco, quien buscó el perdón de las víctimas y creó una comisión asesora para la protección de menores en el Vaticano.

Entre las medidas tomadas desde 2019 se encuentran: el levantamiento del secreto papal sobre la violencia sexual por parte del clero, el vínculo de creyentes y laicos para informar en cualquier caso a su jerarquía y la creación de plataformas de escucha en las diócesis de todo el mundo. Pero el secreto de la confesión permanece absoluto. Al llegar a Bruselas el jueves por la tarde, tras una escala de ocho horas en Luxemburgo, el Papa Francisco pasará tres días en Bélgica, que culminarán con una misa el domingo en el estadio Roi-Baudouin, donde se esperan más de 35.000 creyentes.

FUENTE

nuevaprensa.info

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