Desastres en Portugal: «Nos quedamos sin agua, sin luz, sin nada»
El rastro de destrucción dejado por los incendios en Albergaria-a-Velha y Sever do Vouga es evidente en todas partes. Hay coches carbonizados, cables de telecomunicaciones colgando de postes quemados y casas que solo conservan las paredes exteriores.
A pesar de que las llamas finalmente se han extinguido en Albergaria-a-Velha, en el distrito de Aveiro, la normalidad aún está lejos de llegar. Los árboles quemados y caídos cubren hectáreas y hectáreas a la entrada de la ciudad, con concesionarios de automóviles con coches carbonizados y casas donde solo sobreviven las paredes exteriores. El humo sigue saliendo de la tierra, pintando el cielo de amarillo y irritando los ojos.
Las pocas personas que se aventuran a salir a las calles del centro de la ciudad llevan máscaras debido al humo y a las partículas de ceniza que flotan en el aire.
Según el Ayuntamiento de Aveiro, el incendio que azotó el municipio en los últimos días dejó al menos a 40 familias sin hogar y causó daños a seis negocios.
En la carretera entre Albergaria y Sever do Vouga se pueden ver huellas de destrucción por todas partes. Las señales de tráfico están derretidas, los cables de telecomunicaciones cuelgan en medio de las calles sostenidos por postes quemados o caídos. Los equipos técnicos están intentando reemplazar medidores y cables.
Los incendios también han sido controlados en esta zona, pero los bomberos están exhaustos después de tres noches de insomnio. Con la voz ronca debido a la exposición al fuego y al humo, se quejan de la falta de recursos aéreos y la dificultad para llegar a los focos, a menudo en zonas inaccesibles.
Por el momento, la región parece más tranquila, pero el daño es enorme y la población sigue temiendo que los incendios vuelvan a empeorar en los próximos días.
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