Los factores de riesgo ambientales y metabólicos incrementan la incidencia de accidentes cerebrovasculares.
El accidente cerebrovascular es altamente prevenible y tratable, pero ha habido un rápido aumento en la carga global de accidentes cerebrovasculares entre 1990 y 2021, debido al crecimiento y envejecimiento de la población, así como a un aumento de la exposición humana a factores de riesgo ambientales y conductuales.
Un nuevo análisis del estudio Global Burden of Diseases, Injuries and Risk Factors (GBD) revela que el número de personas que sufrieron un nuevo accidente cerebrovascular aumentó a 11,9 millones en 2021, los supervivientes a 93,8 millones y las muertes asociadas a 7,3 millones, convirtiendo al accidente cerebrovascular en la tercera causa de muerte a nivel mundial.
La carga de accidentes cerebrovasculares ha aumentado debido al crecimiento y envejecimiento de la población, así como a factores de riesgo metabólicos, ambientales y conductuales prevenibles. La cantidad total de años de vida saludable perdidos por accidentes cerebrovasculares ha aumentado un 32% entre 1990 y 2021.
El autor principal del estudio destaca la necesidad de estrategias de prevención más efectivas para abordar el aumento global de casos de accidente cerebrovascular. El estudio ofrece estimaciones actualizadas y completas de la carga de la enfermedad y los factores de riesgo para guiar la planificación y asignación de recursos.
Los factores de riesgo metabólicos, como el IMC alto y la presión arterial elevada, contribuyen significativamente a la carga de accidentes cerebrovasculares en todos los niveles de ingresos. En 2021, los cinco principales factores de riesgo a nivel mundial incluyen la hipertensión sistólica, la contaminación del aire, el tabaquismo y el colesterol LDL alto.
Por primera vez, el estudio indica que la contaminación del aire por partículas es un factor de riesgo importante para la hemorragia subaracnoidea, contribuyendo al 14% de las muertes y discapacidades por este tipo grave de accidente cerebrovascular, al mismo nivel que el tabaquismo.
Por otro lado, se han logrado avances significativos en la reducción de la carga mundial de accidentes cerebrovasculares debido a factores de riesgo relacionados con la mala alimentación, la contaminación del aire y el tabaquismo: la pérdida de salud por dietas ricas en carne procesada y bajas en vegetales ha disminuido en un 40% y un 30%, respectivamente, la contaminación del aire con partículas en suspensión en un 20% y el tabaquismo en un 13%. Esto sugiere que las estrategias para reducir la exposición a estos factores de riesgo han tenido éxito en las últimas tres décadas, como las zonas de aire limpio y la prohibición de fumar en público.
Los autores enfatizan que al implementar y monitorear las recomendaciones basadas en evidencia establecidas en la Comisión de Neurología sobre Accidentes Cerebrovasculares de la Organización Mundial de Accidentes Cerebrovasculares de 2023, hay una oportunidad para reducir significativamente la carga global de accidentes cerebrovasculares en esta década, no solo mejorando la salud cerebral, sino también el bienestar general de millones de personas en todo el mundo.
Según explicó el profesor Feigin: «Es urgente implementar estrategias de prevención de accidentes cerebrovasculares adicionales y más efectivas en todos los países, centrándose en medidas a nivel poblacional, como trasladar tareas de los médicos a las enfermeras y voluntarios de salud, plataformas móviles y de telesalud basadas en evidencia junto con soluciones pragmáticas para abordar brechas críticas en la prestación de servicios para accidentes cerebrovasculares, el desarrollo de capacidades de la fuerza laboral y sistemas de vigilancia epidemiológica».
FUENTE