Diferencia de 17 puntos en salarios entre empresas privadas y públicas.
La reforma laboral, que a finales de año cumplirá tres años de vigencia, ha hecho que las empresas den un paso adelante y ataquen un mal que azota a la economía española desde hace décadas: temporalidad. Tarifa de trabajadores empleado con contrato temporal se acercaba al 30% antes de la pandemia, mientras que actualmente está por debajo del 13%.
Las empresas hicieron los deberes, aunque fueran obligadas, con los cambios acordados por el Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz con sindicatos y patronal. Fundamentalmente, convertir el contrato indefinido en empleo implícito y limitar los temporales a circunstancias muy concretas. Las actividades estacionales también se canalizaron a través de una figura que ya existía, pero que fue potenciada: la del fijo discontinuo indefinido.
Los resultados fueron efectivos a pesar de la falta de información sobre los activos fijos discontinuados durante los períodos de inactividad. En el cuarto trimestre de 2019, antes de la pandemia, el empleo temporal en el sector privado era 25,7% según la Encuesta de Población Activa (EPA). En el cuarto trimestre de 2021, antes de la entrada en vigor de la tasa para los trabajadores con contrato temporal (principalmente laborales y servicios), el porcentaje era del 24,1%.
La segunda ola del año de la EPA mostró que esta proporción, en el sector privado, fue 12,8%. En total, es el 16%.
Y es precisamente gracias al sector público que la tasa general de empleo temporal está por encima de la del sector privado. Antes de la pandemia, las cifras rondaban el 28%, pero se han disparado con el empleo en sectores como la educación y la salud tras el impacto de la COVID-19. El dato alcanza el 32,7% en la EPA para el primer trimestre de 2022.
Desde ese pico, justo cuando entró en vigor la reforma laboral, frente a una caída de más de doce puntos en el sector privado, la temporalidad en el sector público apenas ha disminuido tres: hasta el 29%.
Aunque el sector público incluye no sólo a los funcionarios sino también al personal de la Administración, las causales de carácter temporal son fundamentalmente la interinidad que cubre puestos en ausencia de otros trabajadores, ya sea por estar de excedencia o por no haber sido cubiertos. Si la participación temporal es del 29%, los que se encuentran en esta circunstancia son el 13,4%.
El principal problema que impide cerrar esta enorme brecha temporal es el modelo de ingreso al Servicio Civil, basado en una tasa de reemplazo y procesos de ingreso muy largos al sector público, que crea grandes reservas de trabajadores temporales que a veces cubren un puesto durante años hasta que una persona viene a ocupar el lugar. Ésta es una de las patatas calientes del Ministerio de Función Pública, después de que la justicia europea abriera la puerta a la transformación de trabajadores temporales en contratos indefinidos.
El Gobierno se comprometió en Bruselas en el Plan de Recuperación a que estabilizará 300.000 puestos temporales a finales de este año, un compromiso que implica fondos europeos. Según algunas fuentes del Ministerio de Transformación Digital, ya hay alrededor de 240.000 puestos estabilizados.
La temporalidad en el sector público, sostienen en el Gobierno, disminuirá en cuanto entre en funcionamiento el nuevo modelo de acceso al Servicio Público, uno de los compromisos de José Luis Escrivá como jefe de funcionarios. Este nuevo sistema se basará en la gestión de las pensiones del personal que serán necesarias en los distintos órganos de la Administración y además simplificará y acortará los plazos de obtención de un puesto. El modelo podría lanzarse el próximo año.