Casi medio centenar de miembros del PSOE en Ceuta se reunieron este lunes para denunciar la «situación crítica» que vive el partido, que desde la dimisión de su secretario general, en abril de este año, está dirigido por un directivo. Los socialistas exigieron la disolución del organismo y la organización de un Congreso Regional Extraordinario para elegir la nueva dirección.
Sin la presencia de miembros de la dirección del partido, los militantes convocaron este lunes a la prensa en la Biblioteca Pública «Miguel Ángel Blanco» para leer un manifiesto en el que acusaban a los actuales dirigentes de querer posponer «lo más posible» la elección de un nuevo secretario general.
Recordaron que este mismo lunes se cumplen 90 días desde la constitución de la dirección del PSOE en Ceuta, presidida por Melchor León y creada con «un objetivo principal»: la celebración de las primarias. «Nuestros estatutos, aprobados en el 40º Congreso (artículo 6 punto 1c y puntos 2c yd), establecen que su duración no debe exceder el plazo mencionado, 90 días. Hasta el momento no tenemos noticias encaminadas a este fin”, enfatizaron.
«No podemos ni debemos seguir siendo testigos mudos de todo lo que está pasando en nuestro partido», expresaron los militantes, encabezados por el exconcejal de la Delegación del Gobierno en Ceuta, Pablo Núñez, quien informó que se presentará como candidato para la Secretaría General de los socialistas de Ceuta.
Los militantes exigieron «aclaraciones sobre el papel de la Gestora», ya que, según denunciaron, tomó decisiones que «difieren» de lo establecido en el Estatuto del Partido. Informaron que el 10 de junio, en Asamblea Socialista, exigieron conocer el «censo actualizado» de la federación, «el cual debe estar a disposición de quien quiera participar en la renovación orgánica», pero lamentaron no recibirlo. Respuesta. .
Los casi 40 participantes denunciaron que desde la salida del anterior secretario general, Juan Gutiérrez, han tenido que contemplar «con mucha preocupación» la «expulsión de los militantes» o «la pérdida de dos escaños en el Grupo Parlamentario Socialista, convirtiéndose, de de hecho, la tercera fuerza política ceutí por número de escaños».
Se referían a la expulsión de los dos diputados socialistas Navil Rahal y Fidda Mustafa pocos días después de que ambos violaran la disciplina de votación en una sesión plenaria. Rahal y Mustafa votaron a favor de aprobar una modificación del crédito, aunque el resto de su partido había aceptado abstenerse, lo que llevó al gerente a pedirles que entregaran las actas de los diputados.
También atacaron al director por «despedir a trabajadores sin más motivo que su capricho personal, así como a varios concejales». Criticaron los «despidos de miembros de los consejos de administración de empresas y organizaciones» realizados, según ellos, «sin respetar la lógica».
Recrearon la escena repetida en los dos últimos plenos de la Asamblea de Ceuta, en los que participó en solitario el portavoz del grupo, Sebastián Guerrero. «En definitiva, una serie de problemas graves que nos han llevado a una situación complicada, difícil de superar, y que nos transforma en un partido irreconocible, desprovisto de objetivos, de proyecto político y que como militantes tenemos la obligación de revertirlo. ,» ellos. se arrepintieron.
Los militantes concluyeron aclarando que no pretenden «fomentar una crisis», pero reiteraron la situación «crítica» de su partido en estos momentos, frente al «PSOE participativo» que reclaman. «Con eso en mente venimos a trabajar, ofrecer y unirnos. No rompemos nada, no queremos enfrentamientos, ofrecemos diálogo, compromiso y trabajo», resaltaron.