Crisis humanitaria en Colombia por guerra de guerrillas en el Catatumbo

Crisis humanitaria en Colombia por guerra de guerrillas en el Catatumbo

La región colombiana del Catatumbo está viviendo una de las peores crisis humanitarias de los últimos años. Los enfrentamientos entre el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y el Frente 33 de las disidencias de las FARC han provocado el desplazamiento de más de 33.000 personas y han dejado un panorama desolador en esta zona estratégica del país.

La actual ola de violencia y escalada del conflicto en la zona comenzó hace seis días cuando el ELN inició ataques contra el Frente 33, que han causado la muerte de al menos 80 personas y han dejado a cientos heridos.

Las imágenes de la abrumadora ola de violencia en el Catatumbo comenzaron a difundirse el 15 de enero con la masacre de una familia compuesta por una pareja y un bebé de seis meses, seguida por cientos de civiles que huían en camiones, motos y embarcaciones.

«Básicamente tuvimos que irnos a pie. Pedí prestada una moto y salí con mi mujer y mi hijo, pero los demás se marcharon a pie, otros en coche. Se siente como terror, como soledad en esa ciudad y miedo”, dijo. Voz de América Luis Gómez, quien huyó de la zona con su esposa y su hijo de dos años.

Movimientos masivos y aislamientos.

El conflicto ha obligado a más de 33.000 personas a abandonar sus hogares. En seis días de escalada armada entre guerrillas, 16.000 personas llegaron a Cúcuta, el resto de desplazados llegaron a otras ciudades como Ocaña y Tibú, ciudad esta última anclada en el corazón del escenario bélico rebelde.

Organizaciones de derechos humanos como la Defensoría del Pueblo del Estado han señalado que el número de desplazamientos puede ser mayor al reportado.

«Durante unos seis meses se han producido matanzas en la zona, lo que es un síntoma de la degradación del conflicto que ahora, con esta situación, está adquiriendo dimensiones mucho mayores», afirmó. VOA Carlos Charry, Profesor y Director de la Maestría y Doctorado en Estudios Sociales de la Universidad del Rosario.

El inicio del conflicto y un nuevo episodio de violencia

El Catatumbo, región fronteriza con Venezuela, ha sido históricamente un territorio disputado por grupos armados ilegales debido a su ubicación estratégica, especialmente cultivos de hoja de coca y corredores de narcotráfico.

Se estima que esta región concentra alrededor de 43.000 hectáreas de hoja de coca, según informes proporcionados por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), lo que convierte a esta zona en uno de los tres mayores enclaves cocaleros del país.

Allí, a partir de la década de 1970, el ELN comenzó a consolidar su poder, luego, en la década de 1980, llegaron los rebeldes de las FARC y los grupos paramilitares y desde entonces han disputado el control territorial.

Sin embargo, tras la firma de los acuerdos de paz en 2016, que condujeron a la desmovilización de las FARC, los grupos disidentes que no decidieron no aceptar la desmovilización, se reagruparon y hoy enfrentan al ELN.

«Desde la firma de los acuerdos de paz entre el gobierno colombiano y las FARC ha habido una transformación grave del conflicto armado interno, pero ya no territorialmente en todo el país, sino regionalmente, y lo que está pasando en el Catatumbo es un efecto de eso». «, comentó Charry.

La actual ola de violencia comenzó a mediados de enero cuando el ELN anunció el ataque contra «Jhon Mechas» y «Richard Suárez», los líderes del Frente 33 disidente de las Farc.

Sin embargo, analistas señalan que la ofensiva del ELN también tiene el objetivo de demostrar fortaleza al gobierno colombiano tras el presidente. Gustavo Petro suspendió los diálogos de paz por la situación en el Catatumbo.

«El ELN ha decidido ejercer más dominio y mostrarle los dientes al gobierno mostrando su poder militar en esta región, pero no enfrentándose al ejército, sino a su principal competidor en la región que son las disidencias de las FARC», explicó Charry.

Manuel Rayran, profesor e investigador de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia, señala que con esta decisión el ELN ha «enterrado» la posibilidad de que se retomen las conversaciones en el actual gobierno.

«El ELN perdió una oportunidad que nunca tuvo en la historia de deponer las armas porque el gobierno le dio todas las garantías», dijo Rayran.

El gobierno busca una solución a la crisis humanitaria

El gobierno colombiano ha enviado refuerzos militares a la región, principalmente para evacuar y garantizar la seguridad de los civiles.

Debido a la situación, Petro decretó el estado de malestar interno, tomar medidas para controlar la crisis, calificando estos acontecimientos de «fracaso del Estado».

Para los analistas, más allá de que el conflicto actual en esta y otras zonas del país requiere un enfoque integral, el Estado no tiene la capacidad para enfrentar a los rebeldes en el Catatumbo.

«Es el Estado el que debe organizar la sociedad civil, no los grupos armados ilegales. El gobierno retrocede en su presencia y debe redoblar esfuerzos para que no sólo se sigan profundizando los ataques entre estos grupos armados ilegales, sino también para brindar seguridad y apoyo a la población civil y que las actividades sociales, económicas y culturales no se vean afectadas. . truncado por más tiempo”.

En este sentido, Rayran afirma que el presidente ha tardado en mostrar sus avances en la política de «paz total» y ahora tendrá que cambiarla, lo que traerá un aumento de los enfrentamientos en esta y otras regiones del país.

“La paz debe entenderse más allá de una mesa de diálogo y ahora el gobierno debe combatir al ELN, pero también debe llegar a esas zonas del país con toda la presencia del Estado”, afirmó.

El ELN tiene alrededor de 6.000 personas en sus filas. Además de su fuerte presencia en el Catatumbo, también extendió su poder en departamentos como Chocó y Arauca, este último fronterizo con Venezuela.

Después suspensión de diálogos con el ELN, La Fiscalía General de Colombia ha anunciado la reactivación de las órdenes de aprehensión contra los líderes de este grupo armado considerado por Estados Unidos y la Unión Europea como una organización terrorista.

FUENTE

nuevaprensa.info

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