Bolivia elige jueces en las urnas en medio de polémica política y desconfianza. Decisiones judiciales en disputa.

Bolivia elige jueces en las urnas en medio de polémica política y desconfianza. Decisiones judiciales en disputa.

Con un retraso de un año debido a fuertes disputas políticas y apelaciones legales, Bolivia celebrará el domingo controvertidas elecciones judiciales para elegir a los jueces de los tribunales superiores por voto popular, en medio de la apatía ciudadana por la profunda crisis en el sistema de justicia de Bolivia.

Bolivia es uno de los pocos países que elige a sus jueces en las urnas. Recientemente, México se embarcó en un proceso similar y pudo ver en el país sudamericano una muestra de las implicaciones y dificultades que surgieron del sistema.

«Por la moneda», dijo Marisol Nogales, de 25 años, estudiante de arquitectura, sobre cómo determinará su voto. No conoce ningún candidato, asegura, como ocurre con muchos bolivianos que tendrán que elegir a 19 de 26 jueces titulares y 19 de 26 suplentes en la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Constitucional, el Tribunal Agroambiental. y el Consejo de la Judicatura.

Las elecciones judiciales, retrasadas durante más de un año debido a las luchas internas en el partido Movimiento al Socialismo entre el presidente Luis Arce y el expresidente Evo Morales, mostraron síntomas de la influencia de la política en el poder judicial.

La división interna entre los partidarios de cada bando hizo que el partido gobernante perdiera su mayoría legislativa y esta falta de consenso en el Parlamento provocó el aplazamiento de las elecciones. Esto, a su vez, ha llevado a una ampliación de los jueces actuales, en medio de las elecciones generales de 2025, en las que Morales busca la reelección a pesar de las declaraciones contra los altos tribunales.

Algunos de los jueces ampliados en sus mandatos son los que fallaron en contra de que el expresidente, que gobernó Bolivia durante 14 años, pudiera volver a presentarse y anularon el referéndum con el que Morales pretendía abrir la puerta a otra reelección.

En esta convocatoria, señalan algunos expertos, no sólo se postergó la convocatoria a las urnas, sino que solo se elegirá a una parte del Tribunal Constitucional luego de que los actuales magistrados fueran prorrogados en sus cargos en enero pasado. Cuatro de los nueve miembros de ese órgano colegiado quedarán fuera de la elección, pero sigue en duda qué pasará con los otros cinco desaparecidos.

Los actuales magistrados constitucionales acaban de decidir la celebración de elecciones parciales.

Es posible que los «que ya están prorrogados continúen y convivan con los actuales funcionarios electos», dijo el exministro de Justicia Iván Lima, quien criticó el proceso electoral judicial. «Lo que está ocurriendo es una perturbación que puede llevarnos a un conflicto mayor», añadió.

En cuanto a los más de 100 candidatos a los cargos judiciales en disputa, la ley indica que no tienen que hacer campaña. Sin embargo, algunos lograron enviar panfletos a los ciudadanos sobre cómo debían votar, con mensajes como «otra justicia es posible». Muchos recurrieron a las redes sociales.

En convocatorias anteriores –2011 y 2017– las elecciones judiciales movilizaron muy poca participación ciudadana y un alto récord de votos nulos. Los actuales magistrados fueron elegidos con pocos votos.

Esto podría ser una advertencia para México, que, a pesar de las críticas, recientemente aprobó una reforma constitucional para que su poder judicial sea elegido. Fue una de las últimas medidas tomadas por el expresidente Andrés Manuel López Obrador antes de dejar el cargo a principios de octubre.

El vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral de Bolivia, Francisco Vargas, informó que una delegación de expertos mexicanos del Instituto Nacional Electoral estará presente para monitorear el proceso electoral judicial. Cuando se le preguntó si aconsejaría al país del norte seguir el camino de Bolivia en la elección popular de jueces, se rió.

«Debería ser un proceso muy tranquilo, fácil y sencillo, pero fue un proceso muy, muy litigioso y controvertido», señaló. «Se está llevando a cabo con la mejor voluntad del Tribunal Supremo Electoral, con mucho esfuerzo y dedicación, pero tiene sus obstáculos», afirmó el vicepresidente del TSE.

Antes de llegar a las urnas el domingo, las elecciones judiciales fueron suspendidas varias veces.

Recientemente ha habido denuncias de varios aspirantes a jueces que quedaron fuera de las listas y una batalla legal con jueces actuales que declararon que en los departamentos bolivianos de Beni y Pando no serán candidatos a la Corte Suprema de Justicia por no cumplir con los requisitos. Lo mismo ocurrirá con la Corte Constitucional en las regiones de Santa Cruz y Cochabamba.

En Bolivia se celebran elecciones judiciales desde que Morales las incluyó en la Constitución Política del Estado (CPE) en 2009.

Inicialmente, el país encontró en las elecciones judiciales una salida a la crisis de justicia que se arrastraba desde hacía décadas, pero los recursos se complicaron y crecieron las voces que cuestionaban el sistema generando un conflicto de poderes.

FUENTE

nuevaprensa.info

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