Contracciones musculares involuntarias y su relación con la ELA
Las fasciculaciones son contracciones de fibras musculares (involuntarias y rítmicas) que se pueden ver o sentir. Generalmente son benignas, comunes y pueden ocurrir en cualquier músculo. A veces, cuando las personas las sienten, se preocupan porque piensan que es un síntoma de ELA, pero no necesariamente lo es, y pueden ser benignas o estar relacionadas con otras patologías neurológicas.
Así lo afirma en una entrevista concedida a Europa Press Infosalus el Dr. Roberto Nevado Estévez, especialista en Neurofisiología Clínica del Hospital Universitario Vithas Madrid Arturo Soria, quien explica que las fasciculaciones son producidas por las actividades espontáneas de las motoneuronas, encargadas de transmitir los impulsos desde el sistema nervioso central a los músculos esqueléticos.
Además, el experto señala que las fasciculaciones son comunes y pueden encontrarse hasta en un 90% de las personas sanas. Las causas que pueden favorecer su aparición son el estrés, la ansiedad, el consumo de estimulantes como la cafeína o la nicotina, el ejercicio físico, la fatiga muscular, la deshidratación y ciertos medicamentos, entre otros.
En ocasiones raras, las fasciculaciones pueden ser síntoma de enfermedades más graves, como las enfermedades de la motoneurona. Si van acompañadas de debilidad muscular, atrofia, dificultad para hablar o tragar, antecedentes de patologías neurológicas o musculares, o causan ansiedad en el paciente, es recomendable acudir a un especialista para realizar un examen neurológico y un estudio neurofisiológico con electromiografía (EMG).
Por otro lado, las fasciculaciones pueden ser parte del síndrome de fasciculación benigna, un proceso crónico, benigno y no progresivo caracterizado por fasciculaciones en las extremidades inferiores, que no está asociado con otras anomalías clínicas o neurofisiológicas y que puede agravarse por el estado de ánimo, como la ansiedad.
El neurofisiólogo Roberto Nevado también menciona que las fasciculaciones pueden ocurrir en enfermedades neurológicas graves como la ELA, la atrofia espinal, la poliomielitis, lesiones de la médula espinal y síndromes de hiperexcitabilidad de nervios periféricos, entre otros. Aunque las fasciculaciones están presentes en la ELA, no son un indicativo directo de la enfermedad de la neurona motora en sí misma.
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