Altos impuestos y costos laborales afectan las ganancias de las empresas.

El gobierno confirmó esta semana que se había cumplido el peor escenario para la empresa española: Habrá aumento de impuestos mediante una reforma fiscal.que sumará 6.000 millones de euros a la recaudación y también estima que Los costes laborales incurridos por las empresas aumentarán a un ritmo más rápido que los beneficios empresariales en un futuro próximo.

El plan fiscal estructural a medio plazo que el Ejecutivo presentó esta semana a Bruselas obliga al Gobierno a ejecutarlo un ajuste de más de 40.000 millones de euros durante los próximos siete años, para lo que llevará a cabo una serie de reformas e inversiones, entre ellas una subida de impuestos que permitirá reducir el déficit en tres décimas del producto interior bruto (PIB).

El gobierno estima que los costes laborales aumentarán un 3,1% y un 2,7% tanto en 2025 como en 2026 debido a los aumentos salariales que ya se han acordado en la negociación colectiva. En comparación, el superávit bruto crecerá un 2,2% y un 2,1% en los mismos años, mostrando un menor dinamismo. «En concreto, se cree que los salarios seguirán ganando peso en el PIB, lo que implica que los beneficios unitarios contribuirán a la disminución de la tasa de crecimiento del deflactor», dicen los técnicos de Economía.

Una encuesta realizada por la Cámara de Comercio de España, en colaboración con SigmaDos, muestra que El 70% de las empresas encuestadas cree que los costes laborales empeoraránya sea más o menos, durante el próximo año 2025.

Además, cuando se les preguntó sobre los riesgos específicos para sus negocios, el 39,4% de las empresas indicó un aumento de los costos laborales, seguido de cerca por la escasez de mano de obra (39,1%) y la alta presión fiscal (35,9%). De cara al futuro, las preocupaciones son básicamente las mismas: aumento de los costes laborales (47,1%) y alta presión fiscal en general (39,9%).

Otra encuesta, ésta elaborada por la Federación de Trabajadores Independientes ATA, apuntaba en la misma dirección: cuando se les preguntó cuál es la mayor desventaja del trabajo por cuenta propia, uno de cada tres (29,7%) respondió que los impuestos. La primera razón.

De la reforma tributaria emprendida por el Gobierno se sabe muy poco, más allá de los ingresos estimados, pues el Ejecutivo decidió definir anualmente, a través del proyecto de Plan Presupuestario, las medidas para cumplir con la ruta establecida en el acuerdo. Sí, incluye la permanencia de cobros extraordinarios a las empresas bancarias y energéticas, que se irán modificando para adaptarse al ciclo económico.

La vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, explicó en el Congreso dónde se producirán los tiroteos en las conversaciones de su partido con el PSOE. Además de la conversión de impuestos extraordinarios, el ministro de Trabajo señaló que las negociaciones pasan por la reforma del Impuesto de Solidaridad a los grandes patrimonios para reducir la escala de tres millones a un millón, reduciendo la residencia habitual, así como un impuesto simulado. . . a la fiscalidad de las herencias. «Lo que se hereda, sin duda, de forma radical, es la pobreza», insistió.

Los cambios también se producirán en el Impuesto de Sucesiones: «Hay dos agujeros fiscales enormes por culpa de las deducciones y bonificaciones», criticó Díaz, quien insistió en que el tipo impositivo medio para las empresas es del 5% en lugar del 25%.

Además, el líder del socio minoritario de la coalición destacó los impuestos ante la emergencia climática, impuestos adicionales a los bienes suntuarios, el IVA a la salud y la educación privada y otros relacionados con la salud, como el tabaco.

«Estamos muy lejos del PSOE. No en que ellos no quieran una reforma fiscal integral y nosotros la hagamos, sino en los pasos», admitió la vicepresidenta.